Cómo un Scrum Master puede abordar el cansancio del equipo

Nicolás Chirio
03 Jan, 2025
business agility
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La icónica escena de “El lobo de Wall Street”, donde los empleados, impulsados por la visión y la presión de su líder, operan en un caos constante para cumplir metas inalcanzables, refleja perfectamente el caos de fin de año en muchos equipos de desarrollo. La combinación de alta demanda, plazos ajustados y una presión implacable por cerrar objetivos puede dejar al equipo quemado y con pocos recursos mentales para avanzar. Como Scrum Master, nuestra responsabilidad es identificar estas señales y actuar para ayudar al equipo a navegar por este caos de manera sostenible, preparándolos para un inicio de año más saludable y productivo.
Señales de un equipo quemado
Un equipo cansado no se presenta siempre con quejas directas. Identificar los signos puede requerir observación cuidadosa:
- Reuniones de "war room": si la organización ha implementado reuniones frecuentes (a veces diarias) donde los líderes revisan progresos y presionan por resultados rápidos, es una clara señal de tensión extrema. Estas sesiones suelen girar en ciclos de dos o tres días, donde las expectativas son que cada microentrega avance sin retrasos.
- Falta de ancho de banda mental: los miembros del equipo parecen desinteresados o incapaces de absorber nuevas ideas, ya sea en términos de aprendizaje, innovación o incluso sugerencias para mejorar su forma de trabajar.
- Foco excesivo en objetivos y bonos: si los bonos están atados a objetivos anuales y el equipo requiere un último esfuerzo significativo para alcanzarlos, la presión de fin de año puede estar afectando directamente su energía y moral.
- Aumento en errores o bloqueos: equipos fatigados suelen cometer más errores o tener dificultades para resolver problemas que antes parecían simples.
- Resistencia a reuniones y conversaciones: si el equipo evita o muestra incomodidad en reuniones que no estén directamente relacionadas con las entregas, es un indicador de agotamiento.
La presión por cerrar objetivos
En muchas empresas, los objetivos mandan, porque los bonos mandan. Este vínculo, aunque comprensible desde una perspectiva de negocio, puede ser una receta para el desastre si no se gestiona correctamente. Como Scrum Master, posicionarte entre el equipo y su bono es un error crítico. En lugar de ser visto como un facilitador, podrías ser percibido como un obstáculo, erosionando la confianza y la colaboración.
La estrategia más efectiva en este escenario es colaborar estrechamente con el equipo para ayudarlos a alcanzar esos objetivos, mientras se minimiza el daño colateral. Esto incluye:
- Enfocarse en lo prioritario: asegúrate de que el equipo esté trabajando en lo que realmente impacta los objetivos finales. Esto implica priorizar correctamente el backlog y eliminar tareas no esenciales.
- Mitigar la presión de los stakeholders: actúa como un amortiguador entre el equipo y los stakeholders. Asegúrate de que la comunicación sea clara y que las expectativas estén alineadas desde el principio.
- Evitar cambios innecesarios: este no es el momento de implementar nuevas técnicas o cambios culturales profundos. Mantén las interrupciones al mínimo y enfócate en lo táctico.
Conversaciones tácticas y cortas
En situaciones de alta presión, las conversaciones largas y abstractas no son efectivas. Un Scrum Master debe ser directo y pragmático:
- Mantén reuniones breves y relevantes: en lugar de workshops extensos, opta por encuentros más cortos con equipos pequeños o incluso reuniones uno a uno.
- Haz preguntas clave: pregunta qué necesitan para lograr sus objetivos y qué está bloqueando su avance. Identifica dependencias, falta de claridad en los entregables o sobrecarga de trabajo.
- Refuerza la claridad: ayuda al equipo a evitar malentendidos asegurándote de que todos los miembros comprendan sus tareas y expectativas. Utiliza herramientas como Definición de Ready (DoR) y Definición de Done (DoD) para asegurar alineación.
Preparando un cambio estructural para el próximo año
El sprint final de fin de año, aunque intenso, puede servir como un caso de estudio para evitar futuras crisis. Una vez que el equipo alcance sus objetivos, es momento de reflexionar y actuar:
- Retrospectivas para el cambio: una retrospectiva de fin de año puede ser la herramienta inicial para identificar problemas estructurales, como la carga laboral concentrada al final del año o la falta de planificación escalonada.
- Crear un roadmap realista: influye en el Product Owner y los stakeholders para diseñar un roadmap que no dependa de un empuje masivo en el último trimestre. Escalonar entregas y priorizar los outcomes sobre los outputs son estrategias clave.
- Redefinir objetivos: trabaja con los líderes para establecer metas que se enfoquen en resultados y no solo en entregables. Esto no solo reduce la presión, sino que también fomenta una cultura más orientada al impacto.
- Introducir mejoras graduales: usa el primer trimestre como un período para implementar cambios culturales o técnicos que beneficien al equipo a largo plazo.
El paso de un año a otro
La transición entre años es crucial para restaurar la energía del equipo. Aquí tienes cómo puedes ayudar:
- Celebrar los logros: resalta los éxitos, por pequeños que sean, para cerrar el año con una nota positiva.
- Comenzar el nuevo año con suavidad: inicia con tareas menos demandantes para que el equipo recupere su impulso.
- Abordar los aprendizajes de las retrospectivas: comienza a implementar mejoras graduales basadas en los hallazgos de las retrospectivas.
Fomentar la recarga de energía: promueve descansos y actividades de construcción de equipo para aliviar el estrés acumulado.
Conclusión: Lecciones de El Lobo de Wall Street
La presión puede sacar lo mejor o lo peor de un equipo. En El Lobo de Wall Street, los empleados sacrifican todo para alcanzar metas inalcanzables. Como Scrum Masters, nuestra misión no es solo ayudar al equipo a cumplir sus objetivos, sino hacerlo de manera sostenible, preservando su capacidad de innovar, aprender y crecer.
Al equilibrar el enfoque en la entrega con el bienestar del equipo, podemos transformar los momentos de alta presión en oportunidades para construir resiliencia y sentar las bases para un futuro más saludable y eficiente. Al fin y al cabo, los equipos ágiles son un poco como los traders de Wall Street: prosperan bajo presión, pero necesitan cuidado y equilibrio.
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