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Cinco lecciones de la evaluación de madurez ágil de un banco

Cinco lecciones de la evaluación de madurez ágil de un banco

Agilar Team

30 Jul, 2025

business agility

Dos colegas trabajando en su evaluación de madurez

Dos años después de iniciar una gran transformación ágil, un importante banco europeo parecía ágil en la superficie (tribus, equipos Scrum, planificación trimestral y comunidades de práctica ya estaban en marcha), pero empezaron a surgir dudas: ¿la transformación estaba generando resultados reales… o solo nuevos rituales?

Para responder, el equipo directivo decidió parar, reflexionar y llevar a cabo una evaluación colaborativa de madurez ágil. Estas fueron las cinco lecciones que surgieron, y que pueden inspirar a cualquier organización en un proceso similar.

¿Tienes curiosidad por saber en qué punto están realmente tus equipos? Explora nuestras Evaluaciones de Madurez.

1. No existe un único molde

Tratar de evaluar a todos los equipos con la misma lista de control solo generó frustración. Los equipos de innovación y los operativos tenían prioridades completamente distintas.

Tip: adapta el modelo de madurez al contexto. Lo que significa “estar bien” en operaciones no es lo mismo que en innovación de producto.

2. El modelo se construye juntos

En lugar de imponer un marco de arriba abajo, la evaluación se compartió desde el principio en town halls. Los equipos cuestionaron supuestos, añadieron su propia realidad y, con ello, el modelo mejoró y aumentó el sentido de pertenencia.

Tip: co-crea el modelo de evaluación. Las personas confían en lo que han ayudado a diseñar.

3. Progresión por etapas

La metáfora del “Campamento Base” dio estructura sin rigidez. Cada equipo podía ver desde dónde partía (Basecamp 1), cuál era su siguiente paso (Basecamp 2) y qué capacidades avanzadas le esperaban (Basecamp 3).

Tip: piensa en etapas. Un modelo escalonado permite comparar, pero también respetar que cada equipo avanza a ritmos distintos.

4. Conectar prácticas con resultados

A los equipos no se les preguntó solo “¿hacen retrospectivas?”, sino si esas retrospectivas generaban mejoras reales. Las prácticas se vincularon con capacidades como innovación, foco y adaptabilidad.

Tip: no te quedes en métricas de actividad. Conecta las prácticas con los resultados que importan para tu estrategia.

5. El contexto lo es todo

La evaluación mostró que las tribus de cara al cliente necesitaban redoblar la innovación, mientras que las operaciones debían centrarse en flujo y adaptabilidad. El valor estuvo en ver con claridad esas diferencias.

Tip: evalúa la madurez al servicio de la estrategia. Pregúntate: ¿qué capacidades importan más aquí y ahora?

Reflexión final

Para el banco, la evaluación de madurez no fue solo una forma de medir el progreso. Se convirtió en un catalizador de nuevas conversaciones, prioridades más claras y una energía renovada para la transformación.

La madurez ágil no consiste en “qué tan ágil eres”, se trata de si tu forma de trabajar genera las capacidades que tu organización necesita para prosperar.

Empiece hoy mismo a mejorar el rendimiento de su organización